Es imposible tener a Remy Lacroix en tu negocio y no intentar al menos darle un buen pedazo de verga para que se divierta, no por la diversión propia que por cierto es inevitable si una muñeca como ella quiere entregarse a ti con pasión, pero prioridad es su goce sexual, ella despierta deseos sexuales en muchos lugares, los más inesperados, su risa coqueta es adorable, la mina estaba comprando lencería para probarla con su nuevo pololo, pero resulta que al final el hombre no pudo más y la invitó a una felación, ella ante un pico grande no sabe hacer otra cosa que comerla y eso hace... es tan feliz practicando el sexo con total libertad que el vendedor se ofrece a chuparle el mango porque sabe que una chica como ella solo puede tenerla sabrosa.