Sarah Vandella estaba en su oficina en un día de pega normal, aparentemente al menos, hasta que llegaron al mismo tiempo un grupo de postulantes al puesto de gerente, sí... estos pendejos aspiraban a un cargo gerencial lo cual está perfecto, pero se conocían y hacían bromas, no dejaban concentrar a Sarita y ella siendo autoridad en ese lugar les pidió que cerraran la boca, tenía que trabajar, pero cuando vio que en efecto eran una cantidad considerable de pichulones negros se puso cariñosa, de hecho estaba muy feliz, antes de que ocurriera la mina ya alucinaba con la penetración masiva que le iban a dar, no esperó más y empezó a chupar, enloqueció la mina, los weones también porque saborear el culo impúdico de Sarah es riquísimo.