La vida se ensañó con Cathy Heaven, la tetona se acerca a los 40 y estaba con muchas ganas de continuar su vida con su marido, pero las cosas no salieron como ella esperaba y ahora la vemos así, triste, haciendo algunos trámites para cobrar el seguro, el representante de la compañía la recibió y atendió con el tacto que requiere a una mujer así, pero la perrita estaba con ganas de pichula, se notaba en su rostro esa necesidad de tener un macho para que la proteja y la consuele, el weon sacó su pico y era lo obvio, la perra le puso las tetas en la cara y él debía responder con la pichula en su boquita y en medio de sus tetas, hicieron cosas muy cerdas, pero que le dieron ese placer tan anhelado por la mina.