Tengo una amiguita llamada Verónica, vive en Santiago y cada vez que la visito nos pasamos horas conversando, solo somos amigos y su pololo confía en mí pues lo conozco desde hace tiempo, pero cuando este cabro no está algo nos pasa y nos convertimos en unas bestias del sexo, mi amiga es una mina que tiene un poto grande y redondito, me encanta como suena cuando mi pelvis choca mientras le clavo el pico, ella me pidió un anal duro y se lo di, gozamos bien rico, todo muy bacán y seguro lo repetiremos la próxima visita pero esta vez en su habitación.

Polola de un amigo quiso probar mi pichula y le gustó

Mira más vídeos XXX