Pero qué aweona es esta mina, me hubiera dicho que tenía ganas de tener un video porno y hubiera conseguido un mejor equipo para grabar nuestro encuentro amoroso, me tomó por sorpresa la mina yo pensé que este acto pecaminoso quedaría entre nosotros y estaba tan concentrado en destrozarle las entrañas que ni cuenta me di de que ella estaba grabando por abajo cada penetrada de mi pichula, no sabía que mis bolas se veían así de gordas cuando le rompo la vagina a mi polola, ella estaba muy callada y haciendo gemidos leves hasta que me di cuenta y la weona lo admitió, me dio risa pero empecé a culiarla con más fuerza y tensioné el pico para que la perra sienta más dolor.