Esta mina se llama Casey Calvert, es una mina muy curiosa y por esos azares de la vida llegó a una casa aparentemente abandonada pero lo cierto es que era una casa dominada por las máquinas, estamos en pleno siglo 21 y el avance de la inteligencia artificial está dando pasos agigantados y la industria del sexo no puede estar al margen, por eso la mina vio con cierta alegría una interesante cantidad de dildos y máquinas con tecnología de vanguardia, ella no se resistió la tentación de probar un poco y estas máquinas literalmente le dejaron la chucha caliente casi derritiéndose, pobre mina uno puede pensar y con razón que ella está a punto de colapsar y grita pero no quiere que la alejen de sus nuevos amigos robóticos.