Salimos a pasear en bicicleta como todos los domingos, pero esta vez la perra llevó las cosas un paso más allá en el nivel de perversión, me encanta su cuerpo, siempre me ha gustado su cuerpo esbelto y espigado, sus piernas lindas y blancas, pero su culo es lo mejor, besarla mientras le acaricias el poto es lo mejor con esta mina, pero en ese paseo mientras tomábamos un descanso en medio del bosque se bajó el pantalón y me dijo que le importaba una callampa todo y que por fin quería sentir la punta de ese asiento en su culo... se masturbó con eso, me sorprendió y excitó al mismo tiempo, preparé la pichula para después de eso darle una culeada como se merece.