No es la primera vez que mi mujer lanza alaridos escalofriantes de placer, siempre empieza todo muy inocente con besos y abrazos parecidos a como cuando éramos pololos aunque ahora ya no aguanto tonterías y la bajo el pantalón y todo lo que la mina tenga puesto porque si no le meto el pico rápido siento que me muero, ella dice que los gritos hacen que su choro esté más sensible y el placer es más alto, a mí esta perra me pone la pichula más dura y se la meto con más fuerza, tanto que estira las piernas que parece gimnasta profesional, creo que alguna vez sí practicó gimnasia pero lo dejó por su constante adicción al pico... hemos tenido problemas con algunos vecinos pudorosos por los gritos pero nada que unas ventanas cerradas no puedan solucionar.

Los alaridos de mi mujer solo me ponen la tula más dura y por tanto más culiada!

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