Esta forma de pensar me lo inculcó ella aunque sea difícil de creer pero ahora las minas ya solo piensan en pasar un fin de semana entre botellas de vino y picos apuntándolas por todos lados, ahora ella disfruta de las consecuencias de haberme corrompido, desde la primera vez que me enseñó esos cachetes blancos supe que no dejaría de meter mi tula en ese culo y aunque quisiera ella no lo permitiría, ahora sí después de esa breve historia fome he aquí una de las cachas que se repite cada fin de semana con mi dulce princesa quien delante de sus padres parecen tan tierna e inocente pero a sus espaldas ella no deja de manosearme el pene para que se lo meta de una vez!

Lo más rico para empezar al fin de semana es tener el poto blanco de mi polola a mi disposición

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