La mina estaba consciente de que no debía hacer eso, estaba yendo contra las leyes de nuestro señor creador todopoderoso, el padre llega y le dice eso "sabes qué perrita, este no es lugar para que hagas esas cosas carnales y llenas de lujuria", pero la mina estaba esperando a otra monjita para ir a rezar al bosque y pensar en cómo hacer actos benéficos en bien de la humanidad, pero ya que se estaba tocando la vulva húmeda y caliente, el padre la convenció de que meterle la pichula en ese momento sería lo mejor, al menos se calmaría sus ganas de coger, ella estaba tan excitada que no pudo decir que no, aunque por momentos estaba por decir que no, pero sentir una verga era prioritario para ella.
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