Jemma Valentine es muy adicta al pico, tanto que ha llegado al punto de pedir todos los días, pero a una rubia tan hermosa como ella no se le puede negar un pedido como ese, es una cuestión de humanidad!... el pololo estaba ahí con ella acariciando su cuerpo mientras la perra se movía como haciendo un baile de apareamiento, esa chuchita iba a recibir un buen pedazo de verga definitivamente, la mina se recostó en la cama y al tiro abrió las piernas casi en 180 grados, el tipo tenía toda la vagina rosada de la mina a su disposición, ella pidió que se la metan con más fuerza, esa pichula no es la más grande pero al menos que se la meta fuerte! 

Jemma Valentine no puede pasar un día sin pico en la vagina

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