Lo bueno de todo es que a la perra le importa un carajo que los demás vecinos la estén grabando con un dron, saben que la mina es adicta al sexo y suele hacer topless en la piscina en el jardín ante el peligro de que cualquiera aparezca, la mina recibe la visita de un vecino que no dudó en grabarla, ella en lugar de molestarse por eso se alegró, le causó risa, esa hermosa sonrisa de la perra que es como una invitación a que le metan pico, ella suele empezar con una mamada, lo gracioso es que el pico del vecino estaba medio muerto, ella trataba de ponerlo duro con su boquita lo cual no fue nada fácil, pero sus esfuerzos dieron frutos porque minutos después se la cogieron con fuerza mientras el dron seguía grabando.