Traté de no ser muy bruto con la mina pero para que lo sepan weones ella lo pidió de antemano, que le de con fuerza sus golpes en el poto, tan fuerte que era necesario dejarle los cachetes rojos y como pueden ver la wea funciona pues una vez que tuvo mi pico enterrado en el choro ya no hay quién pare a la mina, ella solo salta una y otra vez, además con esa lencería que la hace ver más apetecible fue mucho mejor, por suerte nadie nos apuraba, estábamos en un hotel donde le pedí específicamente a los de recepción que no perturben por más gritos que escuchen, obedecieron y tuve para mí solo a esta rica maraca de buenos cachetes!

Esta perra necesita sus golpes en el poto para que no pare de rebotar