Estuve hace unos meses en una atracción que emula a esas enfermeras infernales de Silent Hill y la wea brígida, me sorprendió el cuidado de cada detalle al punto que me sentí como si estuviera en verdad en dicha ciudad perdida en alguna dimensión desconocida, pero siempre me gustaron las enfermeras putas y me vi rodeado de ellas y el problema es que eran almas en pena, pero la buena noticia es que cuando me atacaron saqué mi pichula como arma de defensa y al tiro abrieron las piernas para ser culiadas, qué buena cacha grupal que tuve con las minas, muertas pero bien calientes. 

Enfermeras del infierno me atacaron pero me las culié