Elnara Cat estaba haciendo algunas trampillas para fingir que tenía fiebre y así no ir a la  universidad, la rusa estaba bajo el cuidado de uno de los abuelos más viriles que se han visto en décadas, la perra lo subestimó, pensó que sería fácil engañarlo y al principio sí, pero el viejo fue más astuto ya que al saber que la mina no tenía fiebre ni nada le pidió que mostrara tetas, Elnara sintió ternura y las mostró, se las tocó y esas pechugas pequeñas estaban exquisitas, pero el viejo no se detuvo, para no delatar a la rusa con sus padres le pidió jugar un ratito con su culo y así la maraca se dio cuenta de la virilidad del viejo, siendo atravesada por la chucha, sintió más rico que culear con su pololo.