Ellas son las elfas más bonitas y trabajadoras del Polo Norte, de alguna manera se perdieron en nuestro mundo terrenal mientras el Viejo Pascuero repartía los regalos y él por suerte pudo encontrarlas, las llevó en un taxi a pasear aprovechando que estaban en este mundo horrible y ellas sintieron esa perversión correr por sus venas, cosa que no pasa en la fábrica de juguetes... no tan a menudo por lo menos, el Viejo pues se sintió igual, con un deseo de penetrar a las dos culonas y se dio cuenta que las tetas son deliciosas de chupar, ellas también querían chupar cosas y le soplaron el pico entre las dos, se turnaban para darle mamadas y entregar el ano, las dos se frotaron con violencia los sapitos hasta que el Viejo les dio su leche navideña.