Mi padre cumplía 50 años y no es cualquier cosa, tener la mitad de un siglo en este mundo es algo que merece honrarse, sobre todo por las constantes luchas que ha tenido mi viejo, pero ese es otro tema, me pareció que algo que a él le gustaría mucho serían dos jovencitas muy complacientes para que se sienta joven al menos otra vez en su vida, le gustó mucho este regalo, él estaba durmiendo todavía y a estas golfas las recibí en casa, con las puertas abiertas, mi sorpresa fue grande cuando mi padre al sentir la mamada de estas minas se puso en modo culeador y les reventó el coño a las dos!, valió la pena el dinero gastado. 

Contraté dos maracas bonitas para deleite de mi progenitor

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