A la mina le gusta jugar con el peligro, ella estaba recorriendo el bosque, es de las minas que sabe apreciar la naturaleza, pero algo le pasó aquél día pues mientras hacía su caminata un extraño la empezó a perseguir, al principio la mina sintió miedo, temor ante lo desconocido, pero ese mismo instinto de supervivencia la hizo sentirse excitada, con ganas de fornicar para poder sentirse más viva que nunca, la mina en un punto no corrió más, decidió entregarse y se detuvo para mamarle la tula al psicópata, le gustó tanto que se puso de espaldas en un árbol para que el tipo saciara sus instintos perversos y a ella le gustó, le dolió el culo pero también lo disfrutó.